¿Por qué nos da miedo envejecer?

octubre 7, 2022

Ante la obsesión por no envejecer, es prudente hacernos las preguntas correctas: ¿de dónde viene ese miedo?, ¿es nuestro o le pertenece a alguien más?, ¿por qué nos sentimos amenazadas por el paso del tiempo?, ¿a quién le conviene el frenesí de los productos y procedimientos anti-edad? ¿Qué lecciones podemos aprender de quienes envejecen con gracia vs quienes lo hacen sin disfrutarlo?

por Bianca Pescador

¡¡¡Uffff!!!, qué tema este del envejecimiento, ¿no?

Yo tan amante del bótox, el ácido hialurónico, el plasma rico en plaquetas (PRP) y el Hydrafacial… De hecho mi idea era que este post fuera acerca de esos inocentes pero muy eficaces tratamientos para quitarnos unos añitos de encima, pero la plática evolucionó y me pareció increíble abordar este tema.

¡Es más!, podría decir que lo manifesté, pues con la muerte de la Reina Isabel II (96 años) y la reciente aparición sin maquillaje de María Shriver (66 años), la idea de envejecer al natural rondaba mi mente.

En la época que nos está tocando vivir, ¿será posible irnos a la tumba sin pasar por el quirófano? Yo veo a mi abuela tan bonita, pero al mismo tiempo, cuando me veo una arruga o una cana nueva, tiemblo de miedo.

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Es normal pensar que al hacernos una cirugía nos vamos a ver mejor, pero… ¿y si no? ¿Te imaginas verte al espejo y arrepentirte todos los días de haberte metido cuchillo por no aceptar el paso del tiempo?

Hace poco leía que en Hollywood, este tremendo referencial de la belleza a nivel global, hay un gap (hueco) de mujeres entre 50 y 70 años que se vean de 50 y 70 años, es decir, J.Lo, Demi Moore, Jennifer Connelly y Jennifer Aniston los tienen (más de 50), pero no los aparentan. ¡Bien por ellas, claro está! Pero el mensaje que captamos la mayoría es bastante claro: o joven o vieja, aquí no hay medias tintas y so de envejecer simplemente no conviene.

CREENCIAS LIMITANTES QUE, JUSTAMENTE, LIMITAN

Me acuerdo que hace algunos años me enteré que estaba embarazada. Era editora de belleza de la revista Glamour y a los dos días me iba al Fashion Week de Nueva York invitada por Estée Lauder.

La noticia del bebé me cayó como balde de agua fría. “¿Qué voy a hacer?”, le dije a Batsheva, mi entonces maestra de Kabbalah. “Mi vida profesional está arruinada, ¡se acabó! Pero yo AAAMMMOOO mi trabajo, ¿qué voy a hacer?”. Y me puse a llorar.  

Con gran compasión, se me quedó viendo y me dijo: “OK, por lo que veo hay en tu mente una creencia limitante de que la mujer que es mamá no puede ser también una profesionista exitosa, así que toca demostrarle con evidencia que eso no es verdad. Quiero que hagas un corcho con fotos de todas las mujeres que admiras que son mamás y profesionistas exitosas. Es más, empecemos, dime algunas”.

“Gwyneth Paltrow, Reese Witherspoon, Jennifer Lopez, Kim Kardashian, Shakira, Kate Middleton, la Reina Isabel II”, alcancé a citar…

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Quiero pensar que no debió haber sido fácil envejecer ante el ojo público. ¿Te imaginas la tentación de operarte todo? Siendo la Reina, tienes acceso a los mejores doctores, los mejores hospitales… pero Isabel II trascendió sin cirugías. ¡WOW!

Evidentemente lo mismo hice una vez que perdí al bebé –seis días después de esta conversación– y me enteré que era muy probable que no pudiera ser mamá. Entonces reemplacé todos esos nombres por mujeres que admiro que se fueron de este mundo sin dejar hijos: Coco Chanel, la Madre Teresa, Iris Apfel, Oprah (bueno, las dos últimas siguen vivas, pero no son ni serán madres biológicas, a menos que ocurra un súper milagro).

La cuestión es que ahora con la edad me entró el mismo nervio. ¿Ser cuarentona/cincuentona/sesentona es igual a infertilidad en todas sus facetas? ¿Estar arrugada es igual a ser brutalmente ignorada por los hombres? ¿Tener canas es igual a que los centennials te volteen a ver con cara de ‘Ya siéntese, señora’ mientras voltean los ojos hacia arriba? ¿Envejecer es realmente lo peor que nos puede pasar?

Honestamente no tengo nada en contra de las cremas antiedad y los procedimientos rejuvenecedores, pero sí creo que antes de hacernos lo que sea tendríamos que concientizar el porqué lo hacemos, de dónde viene ese deseo: ¿es un acto de amor propio y autocuidado? ¿O viene de la creencia que si no soy joven ya no valgo, ya estoy obsoleta? Caduco, como la despensa. Ya no aporto, ya no sirvo. ¡¡¡Pfff!!! Qué heavy.

MANUAL DE SABIDURÍA CONCENTRADA PARA ENVEJECER CON GRACIA  

Recientemente me regalaron un libro que se llama “Las brujas no se quejan” de Jean Shinoda Bolen, ¡¡¡y madre santa!!! No sabes qué libro, es súper mega híper poderoso. De verdad me voló la mente. Lo amé tanto que si me mandas un DM, te lo regalo.

Y te voy a confesar algo: al principio no lo quería ni agarrar porque Shinoda usa la palabra “anciana” para referirse a la mujer que entra a la menopausia y has de cuenta que me daba algo… ¡No podía leer esa palabra sin sentirme ofendida! Hasta que la brujita que me lo regaló me dijo: “En tu mente, reemplaza la palabra ‘anciana’ por ‘mujer sabia’, ‘abuela’ o ‘bruja’, a ver si así le puedes dar una oportunidad”.

Lo hice y de verdad le agradezco a la vida que haya mujeres generosas compartiendo esta sabiduría. No te voy a contar el libro, pero sí te voy a compartir las 13 cualidades de las que habla la autora.

1) Las ancianas no se quejan
2) Son atrevidas
3) Tienen mano para las plantas
4) Confían en los presentimientos
5) Meditan a su manera
6) Defienden con fiereza lo que más les importa
7) Deciden su camino con el corazón
8) Dicen la verdad con compasión
9) Escuchan su cuerpo
10) Improvisan
11) No imploran
12) Se ríen juntas
13) Saborean lo positivo de la vida

No digo más.

Sólo deseo que si estás en “la crisis de la edad” sepas que no estás sola, que sí está cañona la presión social para ser eternamente jóvenes y bellas, pero que sí hay una vida más allá de los 30 que vale la energía cultivar desde ahorita para preservar, si no la piel lozana y firme, sí los sueños, la creatividad, la alegría y la paz interior.