Imagen: Itashi
Lograr una piel radiante no siempre requiere tratamientos costosos o complicados. De hecho, son los hábitos diarios simples los que tienen el mayor impacto en la salud y apariencia de tu piel. Incorporar pequeños cambios en tu rutina puede ayudarte a lucir un cutis luminoso y saludable durante todo el año. Aquí te compartimos cinco hábitos esenciales para lograrlo.
1. Limpia tu rostro a diario (sin excusas)
La limpieza es el primer paso para una piel radiante. Durante el día, nuestra piel acumula suciedad, grasa y contaminación que pueden obstruir los poros y causar imperfecciones.
Cómo hacerlo:
- Lava tu rostro dos veces al día: por la mañana para eliminar los residuos nocturnos y por la noche para quitar maquillaje e impurezas.
- Usa un limpiador suave que se adapte a tu tipo de piel (seca, grasa, mixta o sensible).
Tip adicional: Opta por una doble limpieza en la noche si usas maquillaje o protector solar.
2. No subestimes el poder de la hidratación
La piel bien hidratada se ve más firme, suave y luminosa. Incluso si tienes piel grasa, no debes omitir este paso.
Cómo hacerlo:
- Aplica una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel después de cada limpieza.
- Incorpora productos con ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o aloe vera para un boost de hidratación.
- Bebe suficiente agua durante el día para mantener la hidratación desde el interior.
3. Usa protector solar todos los días
El protector solar es tu mejor aliado para prevenir el envejecimiento prematuro y mantener una piel saludable.
Cómo hacerlo:
- Aplica protector solar con al menos SPF 30 todos los días, incluso cuando esté nublado o estés en interiores con luz artificial.
- Reaplica cada 2-3 horas si estás al aire libre.
Beneficio adicional: Evitarás manchas solares y reducirás el riesgo de cáncer de piel.
4. Adopta una rutina de exfoliación suave
La exfoliación elimina las células muertas acumuladas en la superficie de la piel, permitiendo que los productos penetren mejor y revelando una piel más luminosa.
Cómo hacerlo:
- Exfolia tu rostro una o dos veces por semana con un exfoliante suave o un exfoliante químico con ácidos como el AHA o BHA.
- Evita productos demasiado abrasivos que puedan irritar la piel.
5. Duerme lo suficiente y reduce el estrés
El sueño y el bienestar emocional están directamente relacionados con la salud de tu piel. Durante la noche, tu cuerpo trabaja para reparar los daños y regenerar las células.
Cómo hacerlo:
- Duerme entre 7 y 8 horas diarias para permitir que tu piel se recupere.
- Practica actividades relajantes como yoga, meditación o lectura para reducir el estrés, que puede provocar brotes o piel opaca.
Extra: Cuida tu alimentación
Una dieta rica en frutas, verduras y antioxidantes puede mejorar visiblemente la calidad de tu piel. Incluye alimentos como aguacates, nueces, espinacas y frutos rojos para darle un extra de nutrientes a tu piel desde adentro.
Imagen: Vogue
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