En la guerra por un intestino más saludable, mucho escuchamos de los prebióticos y los probióticos, pero… ¿Qué son, qué beneficios tienen y cómo los podemos incorporar a nuestra dieta? La nutrióloga Alejandra Romero pone fin a todas nuestras dudas.
por Bianca Pescador
Tener gases, inflamación, estreñimiento, ruidos estomacales y malestar en general NO ES NORMAL, es un trastorno digestivo que nosotras podemos ayudar a erradicar si tomamos suficiente agua y consumimos prebióticos, probióticos y alimentos fermentados como yogurt, kéfir y kombucha.
De acuerdo con la Organización Mundial de Gastroenterología, la salud digestiva se define como el bienestar y el equilibrio en la estructura y la función del aparato digestivo con la ausencia de enfermedades del sistema gastrointestinal o malestares digestivos, un adecuado tránsito intestinal y una microbiota equilibrada.
¿Sabías que en México 7.6% de la población en general padece algún trastorno digestivo?
De acuerdo con la nutrióloga Alejandra Romero, Responsable del Área de Salud y Nutrición de Grupo Danone México, el intestino es considerado el segundo cerebro, pues lo que pasa ahí repercute en todo el organismo.
“Estrés, medicamentos, mala alimentación, hidratación insuficiente … todo puede afectar nuestra salud digestiva. Para mejorarla, lo principal es consumir semillas, cereales integrales, granos enteros, frutas y verduras a fin de favorecer las bacterias que viven en el intestino. Meditar, hacer ejercicio y una buena salud mental suma también a que nos sintamos mejor”.
Según la experta, disminuir o moderar la cantidad que ingerimos tanto de grasas saturadas como de alimentos irritantes es un paso importante para sentirnos menos inflamadas y con más energía. “Aunque no me gusta generalizar porque lo que yo siempre digo es que la microbiota es como la huella dactilar: cada una es distinta, de ahí la importancia de una dieta personalizada hecha a la medida por un profesional”, dice Alejandra.
“La actividad física, una buena hidratación y la meditación también es muy importante para mantener una microbiota balanceada”.-
Alejandra Romero,
Nutrióloga.
MICROBIOTA INTESTINAL, PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS
La microbiota intestinal es el conjunto de bacterias que se encuentran en nuestro sistema gastrointestinal. Entre las principales funciones de la microbiota se encuentran la digestión de nutrientes, la defensa contra patógenos, la maduración y regulación del sistema inmunológico, y el bienestar gastrointestinal.
¿Es lo mismo probióticos que prebióticos? NO. La principal diferencia radica en que los primeros son microorganismos vivos, mientras que los segundos no. Los prebióticos son un tipo especial de fibra vegetal, no digerible, que repercute de forma favorable en la salud al estimular el crecimiento de una clase concreta de bacterias en el colón.
En otras palabras, imagina que nosotras ingerimos alimentos que contienen probióticos y los probióticos consumen los prebióticos que existen en esos alimentos. Por ejemplo, hay algunas frutas y verduras ricas en carbohidratos no digeribles por el cuerpo, por lo que (dichos carbs) pasan a través del sistema digestivo para convertirse en alimento para las bacterias y otros microbios.
Los probióticos son diferentes porque contienen, como ya dijimos, organismos vivos, generalmente cepas específicas de bacterias que se añaden directamente a la población de microbios sanos en el intestino. Al igual que los prebióticos, podemos ingerir probióticos por medio de alimentos o suplementos (como Enterogermina, que se puso muy de moda el año pasado).
“Yo como nutrióloga recomiendo ampliamente tomar Activia, un yogurt que tiene más de 30 años de investigación y más de 15 estudios que respaldan la ciencia detrás del producto”, dice Alejandra, quien sugiere tomar 250 g de Activia por al menos 14 días para sentir una diferencia.
3 BENEFICIOS DEL CONSUMO DIARIO DE ACTIVIA
1) Mejora la salud intestinal reduciendo la frecuencia de malestares intestinales como inflamación, ruidos estomacales y gases.
2) Disminuye la sensación de inflamación, lo que puede mejorar la calidad de vida (eso de aclarar que es “panza normal”, ¡no es normal!)
3) Reduce el tiempo de tránsito intestinal en mujeres
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