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Masaje tántrico, ¿yay or nay?

Escrito por: Bianca Pescador

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Publicado en: Agosto 29, 2023

¿Qué es un masaje tántrico? ¿Cuántos orgasmos incluye? ¿Es una práctica segura? ¿Qué pasa si no consientes? Estas preguntas y más, contestadas para ti con total honestidad para que te formes tu propia opinión.

por Bianca Pescador

Me invitaron a festejar el Día de la Pizza y accedí gustosa. Me tocó en la mesa con 2 foodies (influencers del gremio gastronómico), una actriz y su esposo, también actor, a quien llamaré Víctor.

Dos días después de este evento, recibí una solicitud de mensaje por Instagram: “Hola Bianca, soy Víctor. Te mando mi menú de servicios, si quieres probar alguna terapia, avísame. Con mucho gusto te regalo la primera sesión”.

Yo, que amo lo gratis y lo wellness, acepté. Al final del día, mi trabajo es justo ese: descubrir y probar las tendencias para reseñarlas y recomendarlas. Pusimos día, hora y lugar, y listo. Esperé al viernes para trasladarme –en Ecobici– a ese consultorio de Polanco.

Al llegar, nos re-presentamos y empezamos a platicar. Comencé a contarle lo traumada que estaba porque estaba por cumplir 40 años y no estaba ni casada ni con hijos ni camioneta ni perros ni casa con jardín gigante, ¡y qué horror ser la amargada del pueblo!, además de la quedada… porque la bruja, pues eso sí me gusta, pero lo demás me asusta.

“No es ese tipo de terapia la que doy yo”, me interrumpió Víctor con voz amable.

“Ah, uste’ dispense”, le dije, “bueno, siendo así, tengo una alergia te-rri-ble. No puedo respirar. Tengo ya cinco operaciones en la nariz, así que no es opción, pero de verdad es desesperante. Sufro muchísimo”.

“Tampoco doy ese tipo de terapia”, me dijo de nuevo. “¡Ah, chinga’!”, pensé para mis adentros. “Si no da terapia emocional ni física, ¿entonces de qué es esto?”.

– Ponte de pie, me pidió.
– (Me paré en una esquina)
– Déjame ver cómo están tus chakras.
– (Empezó a pasarme un péndulo por las piernas subiendo hacia la cintura)
– Noto ligeramente bloqueados tus chakras uno y dos, ¿sabrás por qué?

Y como Dios me dio muchos talentos, menos el del silencio y la prudencia, empecé a decir: “¡Bueeeeeno, soy TRE-MEN-DA. La verdad es que fui educada con muchísima libertad y yo, la neta la neta, disfruto muchísimo mi vida sexual, pero chance, chaaance, ya se me pasó un poquito la raya. Presiento que quizá sí, ya me pasé de chistocita,y bueno, puede ser que eso haya afectado mis chakras… A lo mejor me caería bien una limpieza de mi energía sexual, puede ser, yo considero”.

“¡No se diga más!”, dijo como con un alivio en su voz, “voy a salir y cuando regrese te quiero totalmente desnuda acostada boca abajo”.

– ¿Me quito todo?, reconfirmé.
– Sí, todo. Si tienes frío ponte una cobija (y me señaló dónde estaba una)

“OK”, pensé, “esto es nuevo, ¿pero quién soy yo para juzgar algo que nunca he probado?”.

Me encueré toda y me acosté.
Me puse la cobijita.
Entró y me la quitó.

“Órale”, dije para mí, “bueno, voy a tratar de echarme una pestañita en lo que me desbloquea el chakra uno y dos, porque eso fue lo que le entendí que me iba a hacer”.

Básicamente una pestañita era lo menos que iba a hacer yo ahí…

CON M DE MMMMMMM MASAJE TÁNTRICO

Con una agilidad nunca antes vista, ¡pum!, llegó el orgasmo uno. Cinco minutos después, el orgasmo dos. Cinco minutos después, el orgasmo tres.

“¿DÓNDE TOMÓ SUS CLASES DE MANUALIDADES ESTE MUCHACHO?”, gritaba mi vulva.

Otra pregunta que me asaltaba la mente era: ¿Me estará grabando?, ¿voy a tener un sex-tape en PornHub o será sólo para su biblioteca?

Para esto, una semana antes yo le había preguntado a un amigo: “Siendo 1 un silencio sepulcral y 10 estos gritos de “aaahhhh, aaahhhhh, AAAAHHHHH” de las películas porno, ¿qué nivel de gemidos consideras tú ideal en tu pareja?”.

Después de verme con cara de perturbada sexual, me respondió: “Lo natural, Bianca”. “¿Pero qué es lo natural: un 3, un 5, un 7?”, insistí. “Lo natural”, me volvió a decir mi amigo. “¡Ay, ya! A ver, actúa lo natural”. Se me quedó viendo y empezó a caminar. Claramente esa conversación no iba a prosperar.

De vuelta a la camilla del consultorio, yo no sabía cómo actuar. ¿Finjo que estoy dormida? Pero eso sonaba como a abuso sexual. ¿Lo disfruto? Pero eso suena a como que soy su novia. ¿QUÉ SE HACE EN ESTOS CASOS? Y preguntar pues como que no checaba, ahí había que fluir. Y más de la mente, porque de otros lados la fluida iba muy bien.  

No recuerdo todo con lujo de detalles (pero hice un Live en Instagram esa semana para no olvidarlos jajaja no tengo un pelo de tonta), peeeero… volviendo al tema, lo que sí recuerdo es que fueron un chingo de orgasmos. Según yo como 8, pero bien pudieron haber sido 20 jajaja Y lo más maravilloso no fue el placer vaginal (sin penetración), sino mi voz.

¡¡¡Descubrí mi voz!!!

En esa camilla me sentí Ariel de “La Sirenita” cuando le hace “Aaaaahhhhhaaaaahhaaaaahhaaaa”. Creo que es la escena donde le entrega la voz a Úrsula, pero así me sentía: encontrando mi voz.

De hecho a este post le quería poner así, pero el SEO no iba a funcionar bien… El SEO es una cosa mágica que pide Google en los blogs para que, cuando tú busques “masaje tántrico”, te aparezca este post. Entonces el título no podía ser “Encontrando mi voz” porque Google iba a pensar que soy maestra de canto o algo así. Anyway.

Fue una delicia la sesión.

– ¡WOW!, le dije antes de irme, ¿qué terapia es esa?, ¿cómo se llamó? Para recomendarla…
– Fue un masaje tántrico
– Ah, órale. No pues WOW jejeje

Y me fui.
Pero sí salí de ahí… ¿confundida?
Estaba como en shock.
Literal era “me gustó, pero me asustó”.

Decidí caminar a mi casa y mandarles un podcast (una nota de audio de 10 minutos) a un chat de bloggers en el que estoy. “Chicas, ¡¡¡tienen que leer mi post cuando lo escriba!!! Esto del masaje tántrico fue una revelación. Neta estuvo cañón, HEAVY METAL”.

El brillo de mi cara era… hermoso.
El brillo de mis ojos era… hermoso.
El brillo de mi pelo era… hermoso.

Mi semblante era… luminoso.
Un oasis de paz.

¡¡¡La gente debería tener más sexo!!!, reflexioné.

¡¿ME ABUSÓ?!

Esa noche tuve una reunión y más o menos conté la historia de lo que había pasado, pero por los ojos de todos no me atreví a decir que la sujeta en cuestión era yo, así que me cambié el nombre a “Angélica”.

No había ni terminado el relato cuando los presentes, completamente apanicados, empezaron a decir: “Ese güey es un depredador sexual, debería estar en la cárcel”, “¿Masaje tántrico? ¿Así violan ahora los enfermos sexuales?”, “100% abusó de Angélica, que lo demande”, “Si yo fuera el papá de Angélica, le rompo la madre”, “¡Ufff! Si yo fuera el esposo de Angélica, lo mato”.

Mi cara era de total disbelief y decepción.

“¿Por qué no ven que fue algo súper revelador, placentero y asombroso, que literalmente fue una experiencia orgásmica? ¿Por qué dicen que me abusó? Yo no me siento abusada, ¿o sí? Según yo no”.

Esa noche no dormí.

Yo generalmente le habría llamado a mi papá para contarle todo con puntos y comas, pero como Adolfo había dicho que si fuera el papá de Angélica se moriría del coraje de que le hubieran violado a su hija, pues no me atreví; mi papá ya había tenido dos infartos, “lo menos que quiero es matarlo”, pensé y no le llamé (error, mi papá era de otro planeta y lo olvidé en ese momento).

Para esto, Víctor (el terapeuta) y yo habíamos acordado vernos de nuevo. En ese inter sucedió la reunión y el Instagram Live que había causado sensación. Muchos me felicitaron, muchos me dijeron que se me estaba haciendo tarde para demandarlo.

Era demasiado…

Se llegó el día de la segunda sesión (me iba a regalar tres).

Antes de ir, me fui a andar en bici y me pregunté: “Bianca, ¿tú qué quieres hacer? Fuera de las felicitaciones, fuera de los ataques, ¿TÚ QUÉ QUIERES HACER?”. “Regresar a la terapia”, me respondí. “Entonces ve. Ve y disfruta”.

Para cuando llegué al consultorio, Víctor estaba completa y absolutamente petrificado. Su esposa se había enterado y su abogado lo había puesto como lazo de cochino: “Si te denuncia, vas a la cárcel sí o sí”.

“¡Aaaaayyyyy!, pero yo jamás te haría eso”, le respondí. “¡Noooo, DE VERDAD NO! Yo no te quiero meter a la cárcel, yo si acaso quiero más orgasmos”.

Víctor no podía creer que hubiera hecho el Live. Me suplicó que lo bajara, que lo borrara… “¿Contaste todo?”, me preguntó 20 veces. “Bueno, yo te dije que me habían educado con mucha libertad, entonces sí, conté todo. ¿Qué tiene de malo?”. Sus ojos eran como dardos, pero en lugar de odio, estaban cargados de nervios, vergüenza y preocupación.   

En un momento dado le pedí su celular y le hice un video a la esposa: “Hola Sutanita, soy Bianca. Oye, probé un masaje con Víctor, sólo quiero decirte que no sé qué escuchaste o qué te dijeron, pero para nada. ¡Excelente servicio! No tengo quejas y estate tranquila que aquí no pasó nada que no debería haber pasado”. Palabras más, palabras menos.

Para esto, en efecto creo que Víctor ya tenía una, dos o tres demandas de esposos de clientas que salieron de su masaje tántrico asustadas, y pues también soltaron prenda, pero seguramente no desde un ángulo placentero, sino traumático.

Después de 40 minutos de “control de daños”, sólo alcancé a decir: “¿Y mi masaje, ya me quedé sin masaje?”. “Ay Dios mío, a ver, acuéstate. Te doy aunque sea 20 minutos”. Pero ya no fue lo mismo. Me dio el masaje como si fuera su abuelita jajaja Con toques ligeros en las pantorrillas, en la espalda.

¡¡¡¡Buuuuhhh!!!!

MY DAD IS THE BEST!

Meses después fui a visitar a mi papá a Culiacán. Después de según yo asegurarme que estuviera bien del corazón (ni tan bien, ¿verdad?, porque falleció a los 6 días, pero bueno), le platiqué del masaje tántrico y de cómo la gente opinaba que me había abusado.

– ¿Tú te sentiste abusada?, me preguntó.

– Pues la neta no, osea sí estuvo raro, lo admito, pero lo disfruté mucho. ¡Salí de ahí feliz! Además iba por un problema de la nariz y salí respirando per-fec-to. E incluso quiero escribir un post que se llame ‘Encontrando mi voz en la cama’, porque de verdad creo que nunca había gemido tan rico, tan natural, tan bonito. Pero se me ocurrió platicarlo y hubo mucho juicio alrededor, entonces ya no me sentí cómoda.

– Tú eres muy libre y te encanta platicar todo, y está bien porque lo haces para compartir, para ver si le es útil a alguien, eres igual que yo en ese sentido; pero tienes que aprender que, cuando tú platicas algo, la gente tiene derecho a opinar, y a veces esa opinión no te va a gustar. Entonces nada más cuida qué dices y a quién se lo dices. Yo no me asusto. Lo que estuvo raro fue que no te avisara, pero bueno, a lo mejor si te avisaba no te animabas. Al final si lo disfrutaste, estuvo bien.

– ¡Eso creo yo! Que si hubiera sabido que el masaje incluía dedos y lengüetazos, pues chance no hubiera ido. Además, como dices tú: la ocasión hace al ladrón. Yo le dije que ‘quería limpiar mi energía sexual’ y luego con un péndulo me dijo que tenía bloqueados los chakras uno y dos, entonces primero creí que sólo me los estaba desbloqueando (jejeje). De hecho no sabía si era legal venirme o no, pero después de 30 minutos agarré confianza.

– Lo más importante aquí, prosiguió mi papayito, más que lo que ÉL haya hecho, es cómo lo interpretaste y lo viviste TÚ. Si tú lo disfrutaste, lo gozaste y saliste de ahí feliz, quédate con eso. Ya lo que la gente diga no es tu problema, eso que no te afecte. Ahora, acuérdate lo que siempre te he dicho: si alguna vez te llegaran a violar –porque puede pasar– JAMÁS permitas que ese desgraciado te arruine la vida.

Y continuó: “Yo me acuerdo que en Mazatlán hubo una chica a la que violaron y se volvió loca, completamente loca; salía a correr al malecón desnuda, era horrible verla así. Y siempre me pesó, yo decía ‘¿por qué permitir que un desgraciado te eche la vida a perder?’. Entonces –Dios no lo quiera, pero si lo permitiera– lo que tienes que hacer es salirte del cuerpo. Salte, desconéctate, desenchúfate. Tu cuerpo va a seguir ahí, pero tu mente no. Tenemos la capacidad de hacer eso, ¿sabías? Y después de eso mi’jita, ¡pa’delante! No le cedas tu vida, tu poder y tu futuro a un depredador sexual. No se lo merece”.

Y bueno, hasta aquí la anécdota del masaje tántrico.

Quedó un poco (demasiado) largo este post, pero en mi opinión “pena robar y que te cachen”, no explorar nuestra sexualidad con libertad y curiosidad.

En lo personal creo que si la gente tuviera más sexo, el mundo sería un lugar mejor, con más buena vibra, más serenidad. De hecho recomiendo sus servicios muy seguido, con todo y que me bloqueó de Instagram. Al final yo sigo pensando que “el que nada debe, nada teme” y estoy segura que muchas mujeres se beneficiarían de sus talentos, ¿por qué ocultarlos?

También, por otro lado, estoy consciente que ayuda mucho que estaba guapo, algunos me dicen que si hubiera estado feo sí lo hubiera demandado (jajaja, ¡quién sabe!).

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