¿Qué es la discriminación estética?

La foodie y travel influencer Ro Vazquez Landeta recientemente denunció la discriminación estética que vivió al hacerse un manicure. ¿Pero cómo diferenciar un mal servicio de esto que menciona ella? Hablar al respecto podría ser el principio de una transformación en la industria.

por Bianca Pescador

“En mi largo historial en salones de belleza, he encontrado el patrón en el que si no te ves fresa o eres guapísima, el servicio que recibes es de una calidad inferior al que reciben las más guapas, como muestra están estas uñas que me acaban de hacer hoy”.

Ciertamente una de las principales razones por las que asistimos a ciertos salones de belleza es porque hemos visto lo que hacen en Instagram o TikTok; nos ilusiona ir ahí por sus instalaciones, sus servicios, sus productos y/o sus especialistas. ¿Pero qué pasa cuando el servicio es “selectivo”, cuándo “tú sí mereces” y “tú no” porque no eres tan (guapa, influyente, rica o lo que sea) como la otra?

En su cuenta de Instagram, la bloguera Ro Vazquez Landeta describió la discriminación estética como la que nos hace sentir poco merecedoras, la que nos hace dudar de nuestro valor y nuestro derecho a vernos lindas porque nos llena de vergüenza y culpa, y nos imposibilita para reclamar o defendernos.

“Sólo quieres salir del ahí llorando y llegar a tu casa a buscar una solución al corte horrendo que te hicieron o al manicure terrible lleno de cortadas que te dejaron”, publicó Ro.

De acuerdo con la fundadora de Another Way Travel, este tipo de discriminación, además, trae un componente de gaslighting enorme, pues mucha gente niega la experiencia clasificándola como “un mal servicio” y no como lo que es: discriminación estética.

“Como todos nos hacen eso, terminamos sintiéndonos locas y pensando que tal vez nos lo inventamos. No te inventaste nada, sufriste de discriminación estética y se siente horrible”.

¿TE HA PASADO?

Lo segundo más impresionante, además de detectar, denunciar y explicar este comportamiento, es la cantidad de comentarios y reflexiones que estos posts han provocado en la audiencia de la foodie, la mayoría de ellos siendo de apoyo y empatía, pues han vivido lo mismo sin haberle puesto la etiqueta que corresponde.

Ahora bien, hay una frase muy sabia que dice: “Yo soy responsable de lo que digo, no de lo que tú entiendes”, y otra más completa, que dice: “Entre lo que pienso, lo que quiero decir, lo que creo decir, lo que digo, lo que quieres oír, lo que oyes, lo que crees entender, lo que quieres entender y lo que entiendes existen 9 posibilidades de no entendernos”.

Sin el afán de invalidar los sentimientos de Ro, tenemos que abrirnos a la posibilidad de que el tema no sea personal, aunque también tenemos que confiar en nuestro corazón cuando sentimos que esos comentarios al respecto de nuestro pelo, uñas o pies se hacen con dolo o ganas de incomodar. La verdad es que sí se siente la diferencia y tenemos que confiar en nosotras.

Si le preguntáramos a la chica que atendió a Ro si la discriminó por su apariencia o imagen, 99% seguro que nos diría que “¡Para nada!”. Entonces, a lo que va este punto es que a que la conciencia con la que hacemos las cosas sólo las conoce el autor de los hechos, ¡nadie más! Porque la esteticista puede decir que no y en el fondo saber que claro que sí, o quizá verdaderamente no fue a propósito y simplemente es una novata en aplicar gel. Hay muchos escenarios en esta obra.

Sea como sea, nos gustaría saber si tú misma has experimentado esto y cómo has reaccionado. Te leemos en @beservaofficial #noaladiscriminaciónestética 🙂